Apuntes sobre el INA y la Educación Dual

Recientemente han habido dos foros sobre Educación Dual y ante eso es importante que SITRAINA exponga algunos aspectos específicos sobre este tipo de formación, ya que al menos el 1% del presupuesto de la Institución es destinado al Fondo de Becas Dual.

Lo primero que debemos mencionar es que los recursos de toda Institución son finitos y los mismos deben destinarse a satisfacer los principios básicos de la justicia por y para los cuales cada institución ha sido creada. Sin embargo, este fondo de becas está destinado a becar a estudiantes de programas de Educación Dual no solamente del INA, sino también del MEP y de entes de derecho privado.

El INA debe brindar Servicios de Capacitación y Formación Técnica y Profesional, mediante la modalidad de Educación Informal. En contraste, el MEP responde a la Educación General Básica y Diversificada, dentro de la cual no todas las personas estudiantes requieren formación para el trabajo, ya que muchas aspiran a la formación superior. Por lo tanto, las becas debe aportarlas cada Institución para sus respectivos estudiantes y el INA debe de dejar de acarrear sobre sus hombros y su presupuesto con problemas propios del MEP, como también otro ejemplo es el bilingüismo; esto para concentrar sus recursos en brindar los servicios propios de esta Institución. Lo anterior aplica con más razón para las personas estudiantes de entes de derecho privado.

Pero este no es el único problema de la Educación Dual en el INA. Actualmente la Institución puede hacer uso de su superávit y hay una corriente que viene siendo impulsada por Ronald Bolaños Maroto en Junta Directiva del INA y que se ha materializado en un Proyecto de Ley del PUSC, la cual busca exonerar a las grandes empresas de pagar el seguro estudiantil de los Programas de Formación Dual y que este se pague con el Fondo de Becas del INA. Esto de la mano con el marcado interés que ha habido en el INA desde 2018 y a la fecha de que recursos del INA pasen a algunos sectores privados, mediante la tercerización de servicios y ahora con este mecanismo.

Esto se debe a que solo algunas de las empresas que se benefician de los programas de Educación Dual están conscientes de que son las empresas las más beneficiadas con este tipo de programas. Pozuelo, por ejemplo, está consciente de que mediante la Educación Dual forman personas trabajadoras "mucha galleta" que se adaptan a la cultura empresarial y que será probablemente mano de obra calificada y adecuada para sus operaciones. Pero no todas las grandes empresas lo ven así y muchas no participan de los programas de Educación Dual no tanto por el seguro que tienen que pagar como por la falta de conciencia del valor agregado que les brinda a las empresas estos programas.

Otro problema es la transferencia. Se parte del principio de que las personas que se forman en programas de Educación Dual van a adquirir conocimientos técnicos y capacidades transversales (lo que dentro de la jerga de moda llaman "competencias") que pueden emplear en cualquier otra empresa. Sin embargo, eso no siempre es así, ya que esas personas, como parte de su formación, se adecuan a la cultura empresarial de una determinada empresa y, además, no son necesariamente las mismas funciones ni requerimientos los que deberá emplear en un trabajo en otra empresa, más si esta es una mediana, pequeña o micro empresa o un emprendimiento. A modo de ejemplo, no es lo mismo trabajar en un gran hotel de Guanacaste que en un hostal, una pequeña agencia de turismo o un proyecto de turismo de aventura o ecoturismo.

Es aquí donde la Educación Dual en Costa Rica debe ser repensada y brindar una cobertura mayor no solo a los programas sino al tipo de empresas que acceden en la práctica a los programas de Educación Dual. Además, tal y como sucede en los modelos alemán y francés, debe involucrarse a la parte sindical en la definición de políticas sobre Educación Dual. Esto último porque, al igual que en esos países, las empresas y los Sindicatos podemos tener diferencias en función de la redistribución de la riqueza o los derechos y los deberes laborales, pero ambas partes están de acuerdo en que las personas trabajadoras deben tener mejor capacitación y formación profesional para el trabajo.

A modo de conclusión, las políticas de Educación Dual ameritan de que cada institución y empresa educativa financie las becas de sus propias personas estudiantes; que no se exonere a las grandes empresas de pagar el seguro estudiantil y más bien se les haga tener conciencia del valor agregado que adquieren, esto incluso visto desde una perspectiva de reducción de riesgos, con estos programas; los programas deben ser asequibles, tanto normativa como prácticamente a distintos tipos y categorías de empresas; debe involucrarse a la parte Sindical en la reflexión y definición de políticas sobre Educación Dual y, en fin, la definición de los Programas de Educación Dual debe someterse a un diálogo nacional en el que interactúen distintas personas especialistas en el tema, empresas y representantes de las personas trabajadoras.