Aporte de SITRAINA a la lucha nacional

A continuación, les presentamos 6 puntos que aporta SITRAINA, a partir de su análisis sistémico del INA, a la organización y estructuración de las luchas sindicales y sociales costarricenses. Invitamos a todas las organizaciones a leerlos, reflexionarlos y valorar incluirlos en sus propias agendas de lucha.

1. Toda institución responde a determinados principios básicos de la justicia y la labor de las personas de la Administración Superior tiene que velar porque los presupuestos y demás recursos se utilicen en suplir los servicios que se corresponden con los límites establecidos por estos principios básicos de la justicia. No así en cumplir con los principios básicos de la justicia que corresponden a otras instituciones.
2. Se plantea el concepto de "robustecimiento institucional", para diferenciar las políticas que tienen a aumentar la capacidad instalada de las instituciones, en condiciones dignas de trabajo, de la tercerización y privatización de los servicios esenciales de las instituciones, lo cual, desde la jerga neoliberal, se denomina "fortalecimiento".
3. Se plantea que la tercerización de servicios sea una excepción y no la norma. El proceso de justificación debe incluir: a) una explicación técnica que justifique que la institución no puede brindar el servicio con su capacidad instalada; b) un riguroso proceso de contratación administrativa; c) un plan para que a mediano o largo plazo la institución genere esta capacidad instalada. 
4. Los recursos no deben destinarse exclusiva o mayoritariamente a satisfacer la demanda de algunos servicios en específico, esto partiendo del hecho de que los recursos institucionales son finitos y hacer esto debilita otros servicios que suplen las necesidades de otros sectores sociales costarricenses. La definición de la oferta debe ser equilibrada, justa, imparcial y tomando en cuenta la capacidad de la misma institución.
5. Los procesos de reestructuración deben someterse a una metodología científica debidamente estructurada que comprenda al menos las siguientes fases: a. Un diagnóstico situacional que brinde observaciones sistematizadas de los distintos sectores laborales de la institución y de todos los sectores que reciben los servicios (no solo de algunos cuantos); b. El diseño del borrador de la propuesta; c. La revisión de la propuesta con los sectores laborales de la institución; d. Corrección de la propuesta; e. Aprobación de la propuesta; f. Divulgación de la propuesta; g. Puesta en práctica.
6. Las instituciones públicas deben creer en el potencial profesional de las personas trabajadoras. Toda propuesta debe partir de criterios positivistas, situados y críticos que nos ayuden a comprender nuestro propio contexto y los problemas que afrontan los individuos y grupos en estos contextos, en función de los principios básicos de la justicia a los que responde la institución. No debe partir de criterios racionalistas y globalistas que pretendan estandarizar las prácticas institucionales de acuerdo con criterios internacionales, definidos sin ningún conocimiento de nuestro contexto. De esta manera, las herramientas globales deben ser entendidas como tales: herramientas para aplicar a la solución científica de problemas específicos de nuestros contextos, pero no para convertirse en una pauta colonizadora de nuestras prácticas institucionales.