¿Qué es el libertarismo y cómo se manifiesta en la privatización progresiva del INA?

Introducción

Anteriormente hemos dicho que cuatro corrientes de pensamiento están impulsando la privatización de las instituciones públicas costarricenses y el desmantelamiento del Estado Social de Derecho: a. el Neoliberalismo; b. el Liberarismo; c. el Neoconservadurismo y d. el Neofascismo.

Ante la necesidad de evidenciar estos discursos, la Escuela Sindical Leonel Vega de SITRAINA se dió a la tarea de realizar una seguidilla de cuatro artículos explicando en términos muy generales y didácticos, cada una de estas corrientes, para identificar los principales postulados ideológicos desde los que se promueve la privatización del INA y de otras instituciones públicas de nuestro país. 

Ya nos referimos al Neoliberalismo (Véase Aquí) y hoy dedicaremos nuestra exposición al Liberatismo.

Libertarismo

Lo primero que tenemos que esclarecer es que no hay oposición entre neoliberalismo y libertarismo. El primero es un modelo económico y el segundo una teoría filosófico-política y parten de distintas premisas para llegar al mismo punto en común. El neoliberalismo parte de lo general a lo específico, ya que considera que el mercado es una entidad racional capaz de colocar todas las fuerzas productivas en donde generen la mayor utilidad o eficiencia económica. En contraste, el libertarismo parte de lo específico para llegar a lo general, porque lo que prima para esta teoría son las libertades de los individuos. Sin embargo, ambas corrientes niegan la intervención del Estado en la economía y es ahí donde se da su punto de encuentro.

Para el neoliberalismo, el Estado no tiene que intervenir en la economía porque limita la racionalidad intrínseca del mercado. Para el libertarismo, el Estado no tienen que intervenir en la economía porque viola los derechos individuales.

De esta posición general del libertarismo, se derivan varias consecuencias. En primer lugar, si todos los individuos somos libres e iguales, todos tenemos (esto en la teoría libertaria, la cual no comparte SITRAINA) las mismas condiciones y posibilidades de lucrar y enriquecernos. El derecho a la propiedad, por tanto, es un derecho natural y positivo que debe respetarse a toda cosa. Una consecuencia de esto es que si el Estado genera mecanismos de impuestos, estos son imposiciones que violan los derechos de los individuos que lucran, porque, en la teoría libertaria, trasgreden el derecho individual a la propiedad privada. 

En otras palabras, el libertarismo se opone a teorías como la socialdemocracia, ya que esta última considera que el capitalismo genera riqueza y garantiza la libertad, pero al mismo tiempo produce desigualdad y, para obtener justicia social, es necesario que el Estado intervenga en la economía o el mercado, extraiga mediante impuestos una parte de la riqueza y genere programas de reformas sociales tendientes a llevar salud y educación, entre otros servicios que generen calidad de vida, al grueso de la población. Esto último es entendido como una injusticia por el libertarismo y de ahí los discursos de personas como Natalia Díaz Quintana, Ministra de la Presidencia de Rodrigo Chaves u Otto Guevara.

El libertarismo actual sienta sus bases ideológicas en el libro de 1971, Anarchy, State and Utopia de Robert Nozick.

¿Cómo ha afectado el Libertarismo la razón de ser del INA?

Cuando el 1965 se creó el INA, este fue el producto de las ideas de Alfonso Carro, quien quería brindarle una solución formativa a aquellas personas más pobres que no podían acceder ni a la educación formal ni a la educación vocacional de este país. Desde esta visión humanística, el INA está centrada en las personas y en la justicia social que debe procurar el Estado para mantener condiciones de calidad de vida digna para la población costarricense. En otras palabras, el objetivo del INA estaba inspirado en postulados socialdemócratas y no libertarios.

El discurso que mantiene actualmente Juan Alfaro López, Presidente Ejecutivo del INA, es que el INA es de los empresarios, porque son los empresarios los que financian al INA y entonces son ellos los que deben definir cómo se invierten los recursos del INA. Esto tiene dos errores de entrada:

• El impuesto para el INA no se le rebaja exclusivamente a las personas empresarias, sino también a las personas trabajadoras;
• Las personas empresarias a las que se refiere Juan Alfaro López representan una élite dentro del sector empresarial, que si acaso genera 89 000 empleos (o sea, las zonas francas producen aproximadamente un escaso 3% del empleo nacional), pero es a satisfacer los intereses de esta elite que pretende reestructurar el INA.

En cualquier caso, al decir que son los empresarios los que dan el dinero para el INA y, por tanto, son esa elite de empresarios los que deben decidir el futuro del INA, está partiendo de un principio libertario de acuerdo con el cual, a pesar de que el Estado, injustamente para las personas libertarias, recoge una parte de sus ganancias para generar justicia social, esas recolección sigue siendo suya y pueden hacer con ella lo que les plazca.

Otro peligro que representa para el INA el pensamiento libertario emana de algunos sectores de la UCCAEP, para los cuales, si el Estado les rebaja un impuesto para financiar al INA y el INA, de acuerdo con su argumento falaz, no les brinda las capacitaciones que necesitan, entonces es mejor que el Estado no les rebaje nada y que ellos mismos se encarguen de capacitar a su propio personal.

De esto deriva un peligro y una consecuencia. El peligro yace en la reforma de pensiones que está planteando Rocío Aguilar, quien, desde su nefasta posición política desde la que le ha hecho tanto daño al Estado Social de Derecho Costarricense, pudiera darle una estocada muy fuerte e incluso final a la fuente de financiamiento del INA.

Al respecto de la consecuencia, esta deriva de la interpretación forzada que la Administración está haciendo del Artículo 21 bis de la Ley 9931 o aquel que le permite al INA dar becas para que estudiantes estudien fuera del INA. Hoy en día, existen muchas empresas en régimen de zonas francas que requieren de un inglés muy específico. Un inglés que es funcional prácticamente solo para trabajar en esas empresas. Evidentemente el INA no brinda formación en un inglés tan específico e históricamente estas empresas han capacitado a sus personas empleadas para realizar las funciones específicas de sus procesos de operación. Ahora, con las becas 21 bis, se le podría pagar a las propias empresas de zonas francas aproximadamente 700 000 colones por persona para que formen a su propio personal, con plata del INA. 

Lo paradógico de esto es que la cantidad de empleos que genera las zonas francas es ínfimo. Existen proyectos de ley que han recibido irresponsablemente el visto bueno de Junta Directiva para exonerar a empresas de zonas francas de pagar impuestos al INA (pronto hablaremos de esto). En otras palabras, quieren que las zonas francas no paguen impuestos ni siquiera municipales (la persona más pobre de este país paga impuestos de la basura, por ejemplo, y una zona franca no), que generen pocos empleos (esto a pesar de que las "ventajas" que se les brinda es para que generen empleo) y al mismo tiempo, que los recursos que aportan el resto de sectores productivos de este país para el financiamiento del INA se gasten en zonas francas.

Todo esto nos va acercando a la siguiente corriente de pensamiento que vamos a estudiar: el neoconservadurimo. De momento baste con demostrar el impacto del libertarismo en el proceso de privatización y desmantelamiento de las funciones esenciales del INA.