¿Qué es el neoliberalismo y cómo se manifiesta en la privatización progresiva del INA?

El neoliberalismo tiene sus raíces en el pensamiento moderno europeo y comprende una visión según la cual el mercado es capaz de regularse solo y el Estado no debe intervenir en la economía o en aquellos espacios de la economía que podrían servir para el lucro privado. ¿Qué es el neoliberalismo y cómo se manifiesta en la fase actual del proceso de privatización del INA? Léalo a continuación

Escuela Sindical 07 de julio de 2023 SITRAINA SITRAINA
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Introducción

En la política nacional, existen cuatro corrientes de pensamiento que están impulsando la privatización de las instituciones públicas y el desmantelamiento del Estado Social de Derecho. Estas corrientes son: a. Neoliberalismo; b. Libertarismo; c. Neoconservadurismo y d. Neofascismo.

SITRAINA realizará una seguidilla de cuatro artículos explicando en términos muy generales cada una de estas corrientes para identificar los postulados ideológicos desde los que se promueve la privatización del INA y otras instituciones públicas de nuestro país que, de estar en manos de algunos grupos de poder, podrían generarles mucha riqueza.

Comenzamos con el neoliberalismo.

Neoliberalismo

El neoliberalismo es un modelo económico que sienta sus bases en la historia moderna de Europa. Algunos de los exponentes de los precedentes de neoliberalismo son los ideológicos de laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar), entre los cuales se encuentran Hugo Grocio (1583-1645), Samuel vo Pufendorf (1632-1694), John Locke (1632-1704), James Mill (1773-1836) y Adam Smith (1973-1790). Estos economistas plantean que el Estado no debe intervenir en la economía, debe dejar hacer y dejar pasar todo lo que se desarrolle como negocio en el sector privado, porque el mundo se mueve solo.

En el siglos XIX, surge el utilitarismo, corriente filosófica de acuerdo con la cual la validez de cualquier proceso que se ejecute es la utilidad práctica que se pueda obtener de este y es el resultado el que va a determinar la eficiencia del proceso mismo. Con esto, una visión humanista del mundo, donde el ser humano es el fin de todo proceso queda relegada por una visión donde lo que prima es la ganancia que se pueda obtener ante cualquier proceso de producción y venta. A más ganancia más exitoso es el proceso, aunque se tenga que pasar por encima de la dignidad de muchas personas. Eso no sirve. Eso no importa. Lo que importa es el resultado. Algunos de los pensadores que impulsaron esta corriente de pensamiento fueron Jeremy Bentham (19784-1832) y John Stuart Mill (1806-1873).

Este modelo económico se desestabilizó como producto de las dos guerras mundiales, ya que el Estado se vio en la necesidad de intervenir en la economía para financiar los gastos militares y, de paso, el empuje de otras formas de pensamiento político que exigían que el Estado interviniera en la economía para generar condiciones de vida dignas para la población, como acceso a la educación y a la salud. Fue así como en Estados Unidos, a partir de la crisis de 1929, se aplicó una política intervencionista, basada en el pensamiento de John Maynard Keynes (1883-1946).

Sin embargo, luego de la Segunda Guerra Mundial y en el contexto de la Guerra Fría, surgió el neoliberalismo, inspirado en el pensamiento de Milton Friedman (1912-2006) y Friedrich von Hayek (1899-1992). De acuerdo con el pensamiento de estos economistas, el mercado es una entidad racional capaz de regularse sola y de colocar todas las fuerzas productivas donde generen su máxima utilidad. Por esta razón, el Estado no debe intervenir en la economía, porque limita la libertad del mercado y su capacidad de regularse solo.

En otras palabras, todo lo que en manos del sector privado pueda generar riqueza, debe estar en manos del sector privado y no en manos del Estado; en otros términos, la educación y la salud deben ser privadas.

¿Cómo ha afectado el Neoliberalismo la razón de ser del INA?

Existen dos posiciones ideológicas que se pugnan para definir, desde las élites de poder, el futuro del INA. La primera posición es libertaria y se asocia a esta otra corriente de pensamiento que estudiaremos en otro de estos artículos. La posición liberaria sostiene que no se le rebaje impuestos a las personas empresarias para el INa y que estas vean a ver cómo capacitan por sus propios medios a su personal.

La otra posición es neoconservadora, tal y como veremos también en otra entrega. De acuerdo con esta posición, las personas empresarias son las que aportan los fondos del INA y son las personas empresarias las que deben decidir cómo se invierten estos fondos. Ahora bien, no se refieren a todas las personas empresarias, sino a los intereses de determinados grupos de poder que consideran tienen más derechos que los demás sectores de nuestra economía.

Ambas posiciones son atravesadas por principios de economía neoliberal. En el fondo, lo que manda es el capital. Ahora bien, estas posiciones son incapaces de reconcer dos verdades: a. la mayor parte del presupuesto del INA lo aportan las pequeñas y mediandas empresas y no así las empresas de las élites exportadoras, las empresas trasnacionales y las zonas francas; b. no son las personas empresarias las que financian al INA, ya que el impuesto para el INA también recae sobre el salario de las personas trabajadoras que trabajan en sus empresas. Luego, no es válido el argumento de que son las grandes empresas las que deben definir el futuro del INA, porque son ellas las que financian la Institución.

Los mecanismos de privatización en América Latina tienen distintas fases neoliberales. Una es el entrabamiento de los procedimientos para que las instituciones no puedan brindar de una manera eficiente y eficaz los servicios directos a la población. En el INA lo estamos viendo, por ejemplo, con el desabastecimiento de materiales necesarios para dar las capacitaciones. Otra fase es el establecimiento de mecanismos para tercerizar los servicios necesarios para las operaciones y los que brindan de modo directo las instituciones a la población. En el INA podemos ver como ya se han tercerizado los servicios de jardinería y seguridad y, además, con el artículo 18 de la Ley 9931 o la reforma de la Ley del INA, la Administración puede realizar subcontrataciones de servicios educativos, mediante los mecanismos de licitación abreviada y sin límite de suma.

Una tercera fase es la ejecusión de la tercerización de los servicios, tal y como lo estamos viendo con la aplicación de las famosas becas 21 bis, que se justifican también, aunque no necesariamente como lo quiere presentar la Administración, en la reforma de la Ley Orgánica del INA. Con estas becas quieren darle 700 mil colones a cada persona que quiera estudiar inglés en un instituto privado, fuera del INA. Al respecto de este punto, estamos estudiando cuáles empresas de zonas francas van a ofrecer este tipo de capacitaciones para su personal, de qué zonas francas y qué relaciones tinenen con los grupos de poder que han estado detrás de la reforma de la Ley Orgánica del INA.

Una cuarta fase de este proceso, es una reestructuración del modelo de gestión de la Institución, lo cual es algo progresivo e implica la justificación de la reducción de personal de la Institución y la concentración de personal en áreas específicas. 

De esta manera, una Institución como lo es el INA y que surgió para satisfacer las necesidades educativas de quienes no podían acceder a la educación formal, ha dejado de lado totalmente su sentido y se convertirá en un centro de certificación, al servicio de los intereses de algunos grupos de poder, de por sí los ya más ricos de este país.

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